Comprender lo que leemos nos va a ahorrar muchísimo tiempo a la hora de estudiar y nos será más sencillo retener lo que hemos leído. Con unos sencillos ejercicios y un poco de constancia, nuestra comprensión lectora mejorará rápidamente.
Para que podamos graduarnos es imprescindible que tengamos
una buena comprensión lectora, y según el informe PISA para adultos, estamos
los penúltimos entre 23 países. Evidentemente algo está fallando estrepitosamente
si nuestro país no entiende lo que lee, pero como no podemos permitirnos
esperar a que alguien nos enseñe, será mejor que nos pongamos a ello nosotros
mismos.
1- Sin misterios
Para esto no hay atajos mágicos: aprendemos a conducir
conduciendo, y a leer se aprende leyendo. Cuanto más leamos mejor
comprenderemos la estructura del lenguaje escrito y más disfrutaremos, porque
eso de “a mí no me gusta leer” es completamente falso. Decir que no nos gusta
leer es como decir que no nos gusta comer o que no nos gustan las películas.
Habrá platos que nos gusten y otros que nos hagan vomitar, habrá películas que
nos emocionen, otras que nos diviertan y otras que nos aburran soberanamente.
Con los libros pasa igual, algunos pasan sin pena ni gloria y otros nos hacen
vivir las aventuras más trepidantes de nuestras vidas, los amores más
apasionados o los viajes más hermosos; y sí, también los hay insufribles. Si
pensamos que no nos gusta leer, es solo porque aún no hemos encontrado el libro
adecuado.
2- Elige bien y acertarás
Lo importante es cogerle el gusto a la lectura, y para eso
es esencial hacer una buena elección de los textos con los que vayamos a
trabajar. En primer lugar nos tienen que interesar o entretener y en segundo
lugar deben adaptarse a nuestro nivel de lectura. Si no tenemos hábito, mejor
no empezar con el Ulises de Joyce. Lo más apropiado será iniciarse
con lecturas sencillas: libros de relatos o de aventuras. Algo entretenido y no
muy extenso. Segurísimo que en breve vamos encontrando cada vez más novelas que
nos gusten y acabaremos haciendo nuestra propia biblioteca en papel o digital.
3- Mantén el diccionario cerca
Se trata de ampliar nuestra comprensión lectora, y una parte
muy importante es tener un buen vocabulario. Cuando leamos alguna palabra que
no entendamos, busquémosla inmediatamente en el diccionario antes de que se nos
olvide y anotemos el significado. Después, busquemos una situación de la vida
real en la que podamos usar esa nueva palabra. Si la incluimos en nuestro
lenguaje, la memorizaremos mucho mejor.
4- Lee un par de párrafos y resume
Hay que empezar poco a poco. Leemos unos párrafos y nos
preguntamos qué hemos leído. Luego lo resumimos en un par de líneas. Esto
deberíamos hacerlo solo una vez al día porque si nos obligamos a resumir todo
lo que leamos, se nos va a hacer tan aburrido que no vamos a querer coger un
libro más en la vida.
5- Practica en voz alta cuidando la entonación y en silencio
sin mover los labios
Una parte de lo que leamos debe ser en voz alta para
practicar nuestra entonación y pronunciación. Tenemos que esforzarnos en
vocalizar y en comprender lo que estamos diciendo. Cuando leamos en silencio
hay que acostumbrarse a no señalar la línea por la que vamos y a no mover los
labios.
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